sábado, 9 de enero de 2016

EL HAMBRE

Cartilla de racionamiento. Foto
             La época más trágica del siglo XX en España fue sin duda la de los años 40 después de la GuerraCivil. El país quedo dividido y según las estadísticas de una población de 26000000 de habitantes 300000 habían tomado el camino del exilio, otro muchos fueron destinados a las cárceles del gobierno fascista y a más de la mitad de la población le faltaba el principal componente  familiar que pudiera trabajar para traerles el sustento diario por estar muerto o ser preso de guerra. Como consecuencia de todo esto se origino una plaga de enfermedades y de hambre que se extendió por todo el país.
Cola de racionamiento. Foto
En Agosto de 1939 se implanto el racionamiento en la población pero los alimentos suministrados carecían del valor nutritivo para la subsistencia. Predominaban los garbanzos, patatas, boniatos, pastas para sopas, bacalao y de vez en cuando carne de membrillo, chocolate terroso y jabón. El pan que antes era el alimento base para las familias pobres se convirtió en un artículo de lujo. Los que tenían una cartilla de racionamiento para tres personas les correspondía entre 150 y 200 gramos. Todo esto hizo que floreciera un mercado negro de productos que por su precio solo podían obtenerlos los privilegiados simpatizantes del régimen fascista. El resto de la población comía almortas, altramuces, salazones y castañas. Pero por si esto no fuera poco el suministro de racionamiento era irregular e imprevisible. Por ejemplo, durante semanas se suministraba a la población de aceite, bacalao y jabón, en  otras, de pastas para sopa, azúcar y un huevo o garbanzos. Como podemos ver las primeras semanas solo comían bacalao. Aquellos afortunados que podían lo suplían con el estrasperlo. El nombre proviene de dos famosos estafadores, Strauss y Perlowitz, que casi tumbaron a la Segunda República. El pueblo unió los dos apellidos y lo añadió al diccionario de la lengua que lo define como: “comercio ilegal de artículos intervenidos por el Estado o sujetos a tasas”. Fue el estrasperlo el que marco las diferencias sociales y políticas en la España de la posguerra.
Debido a la situación dietética y social apareció la tuberculosis. El único remedio era vivir en unas buenas condiciones higiénicas y tener una buena alimentación. Esto era prácticamente imposible ya que familias con cinco miembros vivían en habitaciones de apenas nueve metros teniendo que compartir la cocina, el baño y el lavadero con otros vecinos. Además de esta enfermedad aparecieron otras como el paludismo, enfermedades venéreas debido a la prostitución y la cirrosis. Curiosamente las bebidas alcohólicas no estaban grabadas por la Administración y hasta los más pobres tenían acceso a ellas.
Pues bien, todo esto que parece remontarse al pleistoceno lo tenemos a la vuelta de la esquina y todavía podemos encontrar testimonio de personas que vivieron aquel horror.

Tienda de estraperlo. Foto.

LAS GRANDES CRÍSIS FINANCIERAS

Portada. foto
El libro que voy a presentar se titula “Las Grandes Crisis Financieras” y su autor es Carlos Marichal. En él se hace un repaso de todas las crisis financieras desde 1873 a la del 2008 bajo una perspectiva global. Para ello hace una división de seis capítulos. En el primero nos habla sobre la primera globalización y las crisis financieras en la época clásica del capitalismo liberal, 1873-1914. En el segundo capítulo nos cuenta con gran detalle el colapso financiero de 1929 y como dio lugar a la Gran Depresión de los años 30. En este capítulo se detiene especialmente en contarnos con gran detalle la hiperinflación alemana  y sus consecuencias. Seguidamente nos relata las finanzas mundiales en la era de “Bretton Wood”. Tiene este nombre  en honor al lugar donde se reunieron Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña, Francia, representantes de la Commonwealth inglés y China para planear el futuro monetario y financiero después de la guerra. El capítulo cuarto se centra en los orígenes de la globalización contemporánea y sus repercusiones 1973-1990. Según Marichal esto fue debido a que Estados Unidos, la Unión Soviética, Francia y Gran Bretaña aprovecharon la riqueza que le había otorgado las subidas del precio del petróleo a las naciones árabes para venderles armamento, aviones, tanques…Estos flujos internacionales son los antecedentes de dicha globalización financiera. En quinto lugar nos habla sobre la “globalización financiera a fines del milenio, 1900-2006” y sus consecuencias. Fueron clave tres factores: la desregularización en los mercados bursátiles, bancarios y monetarios nacionales, el aumento en las transacciones internacionales de capitales y la innovación en una multitud de instrumentos de inversión, seguros y especulación. Por último lugar nos describe de una forma muy clara y sencilla la última crisis financiera y económica que se inició en 2008 en Estados Unidos. Este equipara sus consecuencias con la GranDepresión de los años 30 y eso que solo relata hasta el año 210.
Una vez expuestos los diferentes capítulos del libro el autor cree conveniente en aclarar el concepto de crisis económica. Él la define como un severo ajuste en las tendencias de crecimiento de una economía y diferencia entre recesión, si el ajuste se prolonga durante más de un año e implica una caída del PIB en varios puntos, y depresión, si el ajuste se prolonga aún más.
Por último, nos cita varias escuelas o tendencias para explicar cómo se originan las crisis. Un amplio abanico de economistas argumentan que los mercados y los inversores son muy racionales. Ambos están muy pendientes ante cualquier cambio en la relación entre la oferta y la demanda. Nada mas observar algún desequilibrio los inversores reducen su confianza en los bancos, en la bolsa o en cualquier mercado financiero lo que provoca una contracción del crédito. Dicha contracción puede desembocar en una crisis económica ya que este es el componente esencial de la economía de cualquier país. Sin en cambio, para otro grupo de economistas, entre los cuales se encuentra Keynes, dice que es importante analizar la psicología individual y colectiva de los actores financieros en época de auge y en medio de pánicos.  


LA ERA DE BRETTON WOODS, 1944-1971

Cartel conmemorativo. foto 
La época de la posguerra comenzó antes de que esta llegara a su fin. Para planear el futuro monetario y financiero se convoco una gran conferencia en un pueblecito rural de Bretton Woods. Asistieron Estados Unidos, Unión Soviética, Gran Bretaña, Francia, representantes de la Commonwealth inglés y China. A partir de 1947 hubo un gran crecimiento económico. Los primeros años de la posguerra se caracterizaron por el equilibrio de dos superpotencias militares, Estados Unidos y la Unión Soviética, lo cual hizo que no hubiera grandes crisis financieras durante largo tiempo. Pero al finalizar la guerra todos los países europeos necesitaban reconstruir sus infraestructuras y reconvertir sus industrias bélicas. Estados Unidos decidió ayudar a Europa occidental y a Japón ante la sospecha de que los soviéticos aprovecharan la ocasión para extender su influencia geopolítica. El Plan Marshall inyectó 12.000 millones de dólares entre 1948 y 1952 para este fin. A su vez fue acompañado de una alianza militar (OTAN) que sigue en pie hasta la actualidad. En contraposición la Unión Soviética puso en marcha un proyecto igual de ambicioso de integración de los países sometido a su influencia a través del Consejo de Apoyo Económico  Mutuo (Comecon). De esta forma Europa del Este se vio incorporada a esta  nueva estructura económica. En resumen la relativa estabilidad de las finanzas mundiales de los años 50 y 60 fue porque ninguna de las dos grandes potencias permitió que se produjera un desequilibrio. El patrón dólar/oro funcionó muy bien mientras que los países de Europa occidental dependían de la importación de bienes de Estados Unidos pero desde 1958 las naciones europeas más dinámicas regresaron al esquema de convertibilidad para sus transacciones comerciales lo que provocó un aumento del flujo de capital y la especulación monetaria. Estas circunstancias pusieron de manifiesto que el régimen de Bretton Woods fallaba cuando entraban en conflicto las principales potencias.  Estados Unidos no supo comprender la importancia de mantener una cooperación con las autoridades financieras de Europa y Japón a fin de asegurar el funcionamiento fluido de las transacciones internacionales y la estabilidad en las relaciones entre los diferentes regímenes monetarios internacionales. El sistema de Bretton Woods llego a su fin debido a la guerra de Vietnam.

CRISIS DE 1907 Y 1914

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Entre 1907 y 1914 se produjo una gran expansión en la economía mundial. La construcción de sistema de telégrafos, la creación de empresas globales de naves de vapor, la modernización de puertos  y la introducción de nuevos sistemas de almacenamiento hicieron disminuir el tiempo de traslado y por consiguiente la disminución de los costes de mercancías. Uno de los ejes más poderosos seguía siendo la construcción del ferrocarril.
La crisis de 1907 fue esencialmente en Norteamérica aunque lógicamente afecto a los países vecinos como México y Canadá. El más importante fue el pánico bancario de 1907 en Estados Unidos debido a una riesgosa operación especulativa que puso en marcha Fritz A, Heimze, presidente del Mercantile Bank de Nueva York y que tenía por objeto manipular el mercado del cobre. Sin embargo, el magnate D.Rockefeller descarriló las operaciones de Heimze al vender millones de libras de cobre, lo que provocó una caída de los valores de las empresas del sector. Como consecuencia los clientes del Mercantile sacaron sus depósitos. Todo ello provocó la intervención del gremio de bancos comerciales (New York Clearing House) el cual tuvo que ayudar a 8 bancos para evitar su caída. Pero el verdadero pánico bancario fue a partir del 21 de octubre cuando tuvo que dimitir el presidente del tercer banco de inversión de Nueva York “Knicker Bocker Trust Company” por ser sospechoso de tener conexión con los especuladores del cobre. Como consecuencia se produjo una contracción del mercado y se multiplicaron los pánicos bancarios en varias ciudades norteamericanas.

Fritz A, Heimze, foto
A raíz del pánico de 1907, las autoridades políticas de Washington tomaron medidas para reformar el complicado sistema bancario ya que a pesar de ser la más extensa del mundo no contaban con ninguna entidad bancaria del gobierno. Entonces surgió la creación del Federal Reserve Bank el cual se constituyo sobre la base de doce bancos regionales. Paradójicamente cuando empezaba a organizarse la Junta irrumpió una grave crisis monetaria y financiera  internacional provocada por las noticias del estallido de la Gran Guerra en Europa. Suspendieron operaciones todas las bolsas europeas, sudamericanas y la bolsa de Londres. La mayoría de  los países europeos, menos Londres, adoptaron la inconvertibilidad y se salieron del patrón oro para defender sus monedas y sus reservas y también para proporcionar instrumentos de libre emisión a sus gobiernos para financiar la guerra. Londres decidió no abandonar la convertibilidad de la libra esterlina, con lo que se salvo el patrón oro. EEUU tampoco quería abandonarlo porque creía que podía debilitar el dólar americano. Gracias a las acciones del Federal Reserva Bank se impuso gradualmente la supremacía del dólar y Estados Unidos pronto se vería como una nueva potencia financiera. La Gran Guerra supuso una radical modificación del escenario político mundial y la clausura de la primera época de globalización financiera.

CONSECUENCIAS DE LA GRAN DEPRESIÓN EN ESPAÑA

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Como ya sabemos la Gran Depresión se inició en Estados Unidos en 1929. Se difundió al resto del mundo mediante la disminución del comercio y los flujos internacionales de capital y la inversión de las corrientes migratorias. España no fue una excepción y también fue golpeada por esta aunque con menor intensidad. Solo algunos sectores se vieron afectados de la coyuntura exterior y en menor medida que otros países exportadores de materias primas y productos agrarios. Entre los productos más perjudicados destacan los agrícolas de exportación (vinos, cítricos, aceite de oliva, frutas) y los minerales y sus derivados como las piritas y el mineral de hierro. En su conjunto las ventas españolas en el exterior se redujeron sensiblemente entre 1929 y 1935. Sobre todo en 1933 cuando cayeron las exportaciones de naranjas en parte por las consecuencias de los acuerdos preferenciales de la Commonwealth aprobados en Ottawa y en parte, y sobre todo, por las heladas que afectaron a la citricultura valenciana a pesar de lo cual se siguió enviando la fruta al exterior con el consiguiente hundimiento de los precios.
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Al coincidir el cambio de régimen con la etapa más aguda de la crisis internacional de 1929 hay diversas teorías sobre la recesión económica que sufrió España. Por un lado está la interpretación tradicional, inspirada en los escritos de los escritores contemporáneos, los cuales, negaron el contagio de la crisis internacional y  responsabilizaron la depresión a los errores de los partidos republicanos. Podemos citar a Olegario Fernández Baños (1934) como defensor de esta teoría. Para él la crisis española se desarrollo al margen e independientemente de la mundial, debido a su aislamiento, creado por los altos aranceles y el aumento del tipo de cambio de la peseta. Por otro lado, están los que  afirman, sin negar la importancia de los factores internos, que el contagio internacional tuvo más relevancia en la gestación de la recesión económica en España, como sucedió en el resto de Europa. Ellos dicen que la economía de la SegundaRepública siguió las pautas internacionales, con las particularidades propias de los países atrasados y los problemas peculiares de una democracia recién establecida.

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En definitiva, la recesión económica que sufrió España fue menos profunda pero similar a la sufrida por las democracias europeas. Desde el punto de vista coyuntural, no puede hablarse de Gran Depresión en la década de 1930. Los problemas más graves de la economía española eran estructurales y seguían vigentes en 1936. Los gobiernos republicanos recurrieron a los instrumentos de política económica convencionales de su tiempo, aunque aplicaron con retraso y escasa convicción las políticas de empobrecer al vecino, lo que agravo las repercusiones de la crisis internacional. En España, como en el resto de Europa, no se aplicaron políticas Keynesianas. La política económica republicana no causó la depresión económica ni esta desencadenó la Guerra Civil.